El artículo defiende dos tesis principales: que en el análisis de problemáticas éticas la mayoría de veces el término cultura oscurece la reflexión; y que la antropología ha alimentado el relativismo ético en el ámbito de la acción social, educativa y psicológica.
El artículo de Canimas fue sometido a la crítica del antropólogo Carles Serra, que en el mismo número de la revista publicó el artículo Antropologia i filosofia moral. Embolics i perills en l’ús de conceptes propis de l’antropologia per part d’experts en filosofia moral.