Las personas somos el lugar donde estamos, nos construimos y cuidamos construyendo y cuidando el hogar que habitamos. La construcción y el cuidado de los lugares, pero, es casi impensada por los profesionales de la acción psico-socio-educativa y sanitaria. Buena muestra de la poca importancia que se da a la arquitectura en la acción psico-socio-educativa y sanitaria es que en las actuales estructuras de acogida, la relación entre la necesidad de reconfortarse y el confort es inversamente proporcional: a más necesidad de fortalecerse en cuerpo y alma, menos confort en el espacio. Solemos aparcar las personas en situación de vulnerabilidad en zonas-trans, en no-lugares.

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