Algunas personas consideran que la sordera no es una disfunción ni una discapacidad, sino un rasgo que configura una manera de ser y estar en el mundo, una cultura. Por poco que se piense en ello, tiene repercusiones muy importantes, por ejemplo puede llegar a justificar la negativa de unos padres a que su hijo sordo vaya a escuelas de oyentes (escuela inclusiva), o la negativa a que se le haga un implante coclear o cualquier otro tratamiento que le permita oír, o incluso la posibilidad de provocarle, de diferentes maneras y grados de intervención, la sordera.

Este artículo es una primera aproximación a esta cuestión, que el autor ha seguido trabajando. Se enmarca en una jornada en la que la Sra. Felisa Pino hizo una conferencia, que Joan Canimas contestó. El librito recoge la conferencia de la Sr. Pino y el diálogo posterior.

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